El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pidió este martes indagar si el magnicidio del candidato Luis Donaldo Colosio, en 1994, fue un crimen de Estado que involucró a un agente del Gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1998-1994), pero rechazó indultar al asesino confeso, Mario Aburto.

«Ningún crimen se debe permitir, pero este es un asunto de Estado. Por lo general, la máxima en el argot del poder es que los crímenes de Estado nunca se aclaran, entonces no debemos nosotros decir: ya vamos a darle vuelta a la hoja”, expresó el mandatario en su conferencia matutina.

Sus declaraciones se producen después de que la Fiscalía General de la República (FGR) afirmó el lunes que tiene pruebas de que Jorge Antonio Sánchez, agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), organismo de espionaje del Gobierno, fue un segundo tirador de Colosio en Tijuana en 1994.

La FGR también afirmó que Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México condenado el año pasado por narcotráfico en Estados Unidos, era entonces subdirector operativo del Cisen y en «evidente encubrimiento delictivo» liberó y «rescató» a Sánchez horas después del asesinato.

“Si es un tirador solitario, esa es una motivación, aunque sea redundante, personal. Si interviene otro personaje y, además, es de una institución del Estado, ya hay una connotación distinta”, comentó al respecto López Obrador.

El asesinato de Colosio, del exhegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI), se considera el magnicidio más grave en México desde 1928 porque en el siglo XX todos los candidatos de dicha organización política ganaban la presidencia.

Además, recobró relevancia porque su hijo, Luis Donaldo Colosio Riojas, ha ingresado a la política como actual alcalde de Monterrey, la segunda mayor ciudad del país, y busca llegar al Senado en las elecciones del 2 de junio.

Pero López Obrador rechazó la petición de indultar a Aburto que hizo Colosio Riojas, quien el lunes aseguró que la FGR no les ha presentado nuevas evidencias y sugirió que hay motivos electorales en la investigación, que salpican a dos némesis políticos del presidente, García Luna y Salinas de Gortari.

“Quiero contestar que no puedo hacerlo, sé que él ya no quiere ni sus familiares saber nada de esto que fue terrible, pero se trata, repito, de un asunto de Estado y yo quiero que, en lo que a mí corresponde, no se deje de investigar. Yo no voy a dar un carpetazo a un asunto así”, advirtió el mandatario.

“No tengo ninguna intención de utilizar una situación tan lamentable con propósitos políticos, mucho menos con propósitos politiqueros, pero sí es importante que no haya impunidad que se trata de un crimen que, de acuerdo a la Fiscalía, tiene alguna relación con una institución del Estado”, concluyó.