La tecnológica china Hisense, mayor vendedora de televisiones del país asiático, ya obtiene más del 40 % de su facturación en los mercados extranjeros, reveló su presidente, Jia Shaoqian, citado por el portal de noticias económicas Yicai.

En 2023, Hisense registró unos ingresos de unos 80.000 millones de yuanes (11.266 millones de dólares, 10.394 millones de euros) fuera de China, donde ya trabajan un cuarto de los 100.000 empleados del grupo, lo que, según Jia, prueba que este se ha convertido ya en un negocio internacional.

La estrategia de Hisense para acumular ventas en el extranjero pasa por las fusiones y adquisiciones: la compañía ha comprado el negocio de televisores de la japonesa Toshiba, el productor de electrodomésticos esloveno Gorenje o el fabricante de aires acondicionados nipón Sanden Holdings.

Ahora, al igual que otras compañías del sector de los electrodomésticos en el país, Jia apunta a la industria de la sanidad inteligente como clave para el futuro de la firma, con las marcas chinas buscando desplazar a los gigantes extranjeros que la controlan, entre las que destacan General Electric, Philips o Siemens.

Este proceso llevará una o dos décadas y presentará grandes oportunidades para Hisense, que, según Jia, también podría hacer incursiones en otros sectores como el de los circuitos integrados, el transporte y las ciudades inteligentes, la comunicación óptica o la electrónica para automóviles.

En 2023, Hisense fue la marca que más televisiones vendió en China, con 8 millones de unidades y una cuota de mercado de un 23 %, aunque las ventas de estos productos cayeron un 8,4 % interanual y se situaron en mínimos de los últimos diez años, según un informe recientemente publicado por la consultora Beijing Runto Technology.